Se avecinan nubarrones negros a la excavación. Y lo decimos
literalmente. La mayoría de los
pronósticos indican lluvias intensas o muy intensas y prolongadas para la
segunda parte de esta semana. Y eso es algo muy malo, sobre todo si se produce
justo al final de una campaña de excavación. Una tormenta intensa pero breve,
vale. Un calabobos, molesto pero se puede asumir. Pero días seguidos de lluvia
intensa pueden ser muy dañinos. Por un lado, porque convierten el yacimiento en
un cenagal, en el que es imposible excavar: la limpieza de los cortes es
esencial, y simplemente no se ve nada. Además, los perfiles pueden
desmoronarse. Para colmo, si las lluvias continuas se producen al final de la excavación, que es cuando se
realizan la mayoría de los trabajos de limpieza, fotogrametría, dibujo y
demás, pues es un problema. Estamos
tomando las medidas razonables para proteger las estructuras excavadas, pero el
final de la excavación puede complicarse. Veremos.... ¿pasaremos del calor
tórrido directamente al diluvio? Solo pedimos cuatro días de tiempo razonable
de comienzos de otoño. Todos miramos al cielo rogando que no llueva, sólo estos
días.... Esto parece Semana Santa.
1.- El sábado, aunque no trabajamos en el campo, sino en el
laboratorio, tuvimos el placer de acompañar a un grupo de nuevos amigos. Muchos
les conoceréis, ya que forman parte del Consistorio como concejales: Miguel
Güeto, Antonio Caballero y Manuel Alguacil, a quienes acompañaba una vez más el
infatigable responsable del Area de Cultura, Javier Ariza, quien a estas
alturas es ya un experto en el yacimiento. Miguel subió además acompañado de su
hermano y sobrinos, visitantes llegados por unos días de tierras catalanas.
Todos quedaron impresionados por la magnitud que va tomando el recinto
fortificado y el avance sostenido del trabajo. Como veis, el Ayuntamiento en
pleno va subiendo al Cerro cuando lo permiten sus obligaciones, y eso es algo
de lo que estamos muy orgullosos porque demuestra la implicación colectiva de
Cabra en el proyecto.
2.- Laura y Tamara, arqueólogas y voluntarias egabrenses “siglando”
el material. Al comienzo del blog os comentábamos que a veces hay que comprar
cosas peculiares, como laca de uñas. Hoy os contamos que se trata de un
producto inocuo para los materiales cerámicos, barato y práctico, que sirve
para aplicar una leve película de apenas unos milímetros de largo en un lugar
discreto de cada fragmento, sobre la que se escribe con un finísimo rotulador
la ‘sigla’, un código que indica la procedencia exacta de la pieza, y a partir
del cual cada tiesto de cerámica queda identificado por una suerte de DNI que
nos informa, a nosotros, al Museo y a los arqueólogos del futuro, de la Unidad
Estratigráfica de la que procede, el día en que se extrajo, etc.
3.- Vamos preparando el fin de la campaña. Alejandro va
llenando de tierra sacos que, junto con grandes lonas de fibra geotextil,
protegerán lugares delicados de la excavación hasta la reanudación de los
trabajos de campo el año que viene. Sin embargo, no paramos la investigación,
que ahora, durante el Curso Académico y el otoño.invierno, se desplaza a la
Biblioteca y al laboratorio. Hay mucho por hacer.
4.-Mónica prepara los datos necesarios para tomar una foto
de un gran derrumbe de un muro de adobes en el interior del recinto. Calculando
su inclinación podemos saber desde dónde cayó la pared, y con el número de
hiladas y su grosor es posible estimar su altura original.
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