Por fin hoy, cuatro de Septiembre, hemos comenzado a excavar en el
Cerro de la Merced. Y ha sido tras mucho meditar, proyectar y calcular.
Han sido muchos meses de esfuerzos por parte de todos. El Ayuntamiento ha firmado un convenio
de colaboración con la Universidad Autónoma, a través de quien os
escribe estas líneas, y está decidido a que la Arqueología sea uno de
los puntales de la actividad cultural, y también turística, de Cabra.
Foto 1: Hay que madrugar. A las ocho de la mañana el sol todavía no
ha salido apenas, y la luna está todavía muy visible en el cielo. Pero
ya estamos en lo alto del cerro, tras fatigosa subida a pie cargando
con herramientas, agua , documentos, instrumentos de topografía y todo
lo necesario para el trabajo matutino, que se prolongará hasta las dos
de la tarde.
Foto 2. Foto de equipo el día en que comenzamos a trabajar. Están
casi todos, salvo el autor de la foto, y también Antonio y Juan, que ya
están a media ladera practicando un portillo en la verja que delimita el
Cerro, que es ya propiedad del Ayuntamiento, lo que facilita la
logística del trabajo. Es un equipo amplio y bien avenido: arqueólogos y
restauradores licenciados de la Universidad Autónoma de Madrid ,
voluntarios de Cabra que incluyen profesores de Enseñanza Media
enamorados de su pasado y estudiantes egabrenses; peones contratados por
el Ayuntamiento…. Una mezcla de veteranía y entusiasmo. Todos estamos
ilusionados con el mes de trabajo que nos espera.
Foto 3. Lo primero que hemos hecho, previo pertinente permiso de la
Consejería de Medio ambiente, ha sido desbrozar la cima del cerro. Una
densa maleza de retamas y arbustos ocultaba las estructuras y hacía
imposible excavar. Eso sí, hemos respetado cuidadosamente las encinas.
Gracias a ello, desde ‘Los Pelaos’ junto a la carretera ya es visible el
muro de piedras ciclópeas de la fortificación que ocupa la cima.
Foto 4. Una vez retirada la vegetación, hay que barrer y limpiar, una
y otra vez, sin arrancar ninguna piedra del suelo, para desvelar las
estructuras visibles. Mónica y Luisa aparecen “barriendo el campo”.