miércoles, 5 de septiembre de 2012

Miércoles, 5 de Septiembre. Hoy empezamos en serio.

Hoy empezamos en serio. Ya contamos con una topografía detallada de la superficie del Cerro de la Merced gracias al trabajo preliminar hecho en colaboración con Diego Gaspar, buen topógrafo y gran amigo, que trabaja con nosotros desde hace años. Las indicaciones de muros en superficie, sin embargo, se quedarán obsoletas en pocos días con la aparfición de nuevas estructuras. O eso esperamos!

Por ahora, hemos delimitado dos zonas de trabajo y ya hemos comenzado a excavar. Por un lado, y a cargo de Eduardo, empezamos a despejar el perímetro de lo que parece el recinto interior y principal, un gran cuadrado de unos 18 metros de lado del que sólo es visible en su lado norte un gran muro de aparejo ciclópeo, y apenas leves trazas de otros.
Por otro lado, hemos abierto un amplio sondeo al norte, a cargo de Antonio, destinado a explorar la relación entre el recinto central y lo que parece que son al menos otros dos recintos exteriores y concéntricos, que se adivinan por las trazas de muros en superficie.

Una excavación tiene además un imprescindible componente logístico. Todavía estamos terminando de ajustar algunos detalles del material necesario. Ayer, primer día de trabajo, la rueda de una de las carretillas pinchó, lo que es inusitado en una carretilla nueva y sólo por unas zarzas. En fin… gracias a Javier ha estado arreglada en un día, y eso que estamos en Feria aquí en Cabra!

Por otro lado, junto con el material más previsible, desde teodolitos a picos y palas, una excavación arqueológica requiere otras cosas más… exóticas. Esta mañana hemos estado inentando conseguir palos de pinchitos morunos y unos botes de laca de uñas trasnparente. Ya os iremos contando para qué.
Foto 1. Justo al amanecer, Antonio y su equipo acaban de limpiar y delimitar el sondeo norte. Se aprecian en primer término algunos bloques de uno de los muros exteriores (¿de terrazas? ¿fortificaciones? ¿viviendas?. Al fondo, el gran muro norte del recinto interior, hata ahora el rasgo más visible y espectacular del yacimiento.
Foto 2. Antonio Sánchez y Juan José Roldán han comenzado a excavar al pie del gran muro, en lo que parecía una acumulación de tierra caída. Una vez retirada esa tierra aparece una acumulación caótica de piedras, un derrumbe parcial procedente del muro. Se aprecia bien, a la izquierda, el hueco en el lienzo de donde han caído los grandes bloques.

La cuerda blanca que se aprecia, y que delimita el ‘corte’ o sondeo arqueológico, es de goma elástica para que, si un despistado la engancha con el pie, recupere inmediatamente su posición original. Los sondeos son casi siempre regulares y se miden cuidadosamente, porque los planos han de tener una precisión casi al centímetro.
Foto 3.-  En el interior del recinto principal, nuestra restauradora, Lucía, comienza a limpiar y estudiar un muro de adobes que antes era invisible por la densa vegetación. Las estructuras que han aparecido prometen….


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