Esta mañana hemos llegado a la base del muro norte, que
tiene peculiares características, básicamente la falta de una cimentación digna
de tal nombre (algo muy ibérico, por otra parte, como ocurre por ejemplo en
Puente Tablas, en Jaén).
Lo de la cimentación tiene su aquel. Es una palabra adecuada
en edilicia, pero también se aplica en Ciencia. Cimentar una hipótesis es algo
muy distinto a especular, como muy bien saben los científicos ‘duros’ (físicos,
químicos, etc.) que cuando se ponen estupendos delante de una cerveza niegan a
menudo el carácter científico a disciplinas humanísiticas.
La Arqueología, siendo una disciplina histórica, es de las
más ‘hard’ ya que aplica numerosas técnicas tomadas de las Ciencias duras. Pero
además, y conceptualmente, el arqueólogo debe constantemente estar ‘maquinando’
en el campo, pensando, construyendo y desechando posibilidades, porque a medida
que excava va destruyendo su ‘experimento’ como ya explicábamos hace unos días.
Y eso plantea un problema. Primero,
porque es fácil confundir esa constante dialéctica con las Unidades
Estratigráficas, ese ‘esto puede ser’ con una hipótesis, que no lo es. Y segundo, porque una actitud en exceso
inductivista (dejar que las piedras hablen por sí mismas) puede llevar a que
las piedras no nos hablen en absoluto, terminemos la excavación, hayamos
retirado los sedimentos, y no hayamos entendido nada. Pero el peligro opuesto
es incluso más peligroso: convertir ese
trabajo intelectual (a veces difícil en las condiciones de calor y cansancio
del campo) en la generación de una
‘teoría favorita’, que con mucha facilidad puede llevarnos a hacer que las
piedras digan lo que queremos que digan, porque nuestra hipótesis favorita
arrastra nuestra voluntad. En fin…. que
esto es complicado.
Foto 1.-Antonio Bobis se está pegando una paliza monumental
levantando y moviendo piedras del derrumbe oeste, pero también le ha cogido
rápido el tranquillo al pico, y lleva el corte casi como una patena. Un
excelente trabajo.
Foto 2.- La hora del bocadillo es sagrada, y todos nos refugiamos
como podemos bajo la escasa sombra. A todos nos asombra que Luisa siga de pie y
al sol mientras come. ¡Qué resistencia!
Foto 3.- Seguimos con visitas, siempre agradables. En este caso,
junto a ‘la Dirección’ aparece nuestro amigo Angel Ventura, de la Universidad
de córdoba, siempre fuente de amena conversación académica (en el campo o con
un choricito en Los Pelaos) y un
constante chorro de ideas.
Foto 4.- Pues puede que después de todo nuestro muro exterior en
el lado oeste no sea medieval… seguiremos informando.
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