01.- Hoy ha venido nuestro buen amigo Jose Antonio Morena,
director del Museo Arqueológico de Baena y de las excavaciones del magnífico
yacimiento de Torreparedones. Ha quedado impresionado por nuestro trabajo y,
como buen conocedor del fenómeno de los llamados ‘recintos fortificados’, hemos
comentado la imposibilidad de llegar a conocerlos bien sin excavaciones en
extensión como la de la Merced que, al final, han demostrado que el ‘recinto
fortificado’ no era ni una granja ni una atalaya, sino algo bien distinto, un
verdadero complejo monumental de carácter aristocrático. Mónica, en el centro,
ha cumplido su sueño de fotografiarse entre “Morena y Moreno”.
02.- Hoy a las 0700 ya estábamos en lo alto del Cerro,
porque venían a vernos y trabajar con nosotros nuestros amigos Sonia López
Chamizo, Pedro Sánchez Bandera y Alberto Cumpián. Tienen una empresa de
arqueología, Arqueosur, que trabaja –y muy bien- en muchos lugares, sobre todo
en Málaga. Entre otras muchas cosas,
excavaron en Málaga la excepcional tumba de un guerrero griego suritálico
enterrado con sus armas, que dio mucho que hablar hace unos meses. Es una
excavación, os lo aseguro, modélica.
03.- Sonia –en la foto-, Pedro y Alberto van a hacer un
vuelo fotogramétrico del conjunto del yacimiento. Estos días van a ser el
momento en que más visible y con más nitidez va a poderse fotografías el
conjunto desde el aire. Luego vendrán los puntales, las capas de protección, y
no será lo mismo.
04.- Sonia, Pedro y Alberto controlan el vuelo del dron, con
eficacia y profesionalidad. Mientras tanto, y por razones de seguridad, todo el
mundo a las escaleras de acceso al yacimiento.
05.- Mientras vuela el dron aprovechamos para el desayuno…
06.- La altura y estado de conservación de los muros es
espectacular. En la estancia A los mechinales a dos metros de altura evitan
toda especulación: había dos plantas más azotea o terraza superior.
07.- Hermosa vista de la esquina noroeste del gran edificio
interior, que oculta una triste historia:
las cuatro esquinas fueron demolidas, probablemente por orden del poder
romano que ya controlaba la provincia Baetica en este momento.
08.- Desde la estancia G, con su gran molino, se accede al
vestíbulo enlosado y a la puerta principal al edificio, a la derecha. Las
salas E y G tienen exactamente la misma anchura, 255 cm. (8 pies), lo que
denota una cuidadosa planificación de las diez salas en que se dividen los 400
metros cuadrados de la planta baja.
09.- Hoy toca limpieza general, fotografía… un día menos
cansado que de costumbre.
10.- Antonio y Fernando, meditabundo, planifican los
diferentes pasos a dar en estos días. Un cierre de excavación implica una
miríada de decisiones, pequeñas y grandes, logísticas y científicas.
11.- Abilio, Luis, FranJa, y Sergio. Trabajadores y
voluntarios haciendo su trabajo.
12.- Espectacular vista del recinto palacial desde el
sureste. Un vestíbulo da lugar a cuatro estancias rectangulares y paralelas a
la fachada, y las dos traseras, a su vez, a cuatro grandes habitaciones
perpendiculares.
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