miércoles, 26 de septiembre de 2012

Miércoles 26 de Septiembre. Ya empezamos…


Hoy la narración va ser por completo gráfica. La historia de un ascenso (al cerro) y de una retirada estratégica cuando ha empezado a llover…

1.- Lucía, nuestra restauradora, actúa tanto en el gabinete (ver la entrada de ayer) como en el campo. Aquí está  examinando los musgos que cubren el muro septentrional del recinto interior para limpiarlo con un biocida adecuado. A las ocho de la mañana el cielo ya estaba muy cubierto.
2.-  Bajo el muro norte del recinto exterior, muy dañado, aparece una gruesa capa de margas colocada para asentar su  hilera inferior de piedras. Algo nos ha hecho sospechar, y hemos efectuado un pequeño sondeo estratigráfico al pie de la cara exterior. Y en efecto, bajo las margas hay otro paquete muy compacto pero en el que aparece abundante material ibérico tardío, incluyendo una diminuta fíbula de pie vuelto. A efectos prácticos, esto indica que el recinto pudo tener dos fases: una inicial, con el recinto interior más monumental, acompañada de una ocupación parcial de la parte alta de la ladera (aunque fuera para basurero), y otra posterior en la que se asentó el suelo previo y sobre él se construyó el muro del recinto exterior. Es imposible asegurarlo por ahora, y desde luego no podemos saber todavía el tiempo transcurrido entre ambas construcciones, pero la cosa está calentita…  Aquí vemos a Antonio comentando la situación con Fernando.
3.- Antonia, que es menuda y flexible, ha sido la encargada, con Antonio y Rafael, de trabajar en este microsondeo, diseñado para no poner en peligro la estructura del muro.
4.- No me pregunteis qué hace Mónica ataviada de refugiada detrás del fumigador y los jalones. Lo cierto es que a las diez de la mañana el tiempo ha empezado a empeorar en serio, y hacía frío.
5.- A la hora del bocadillo la cosa se estaba poniendo fea. Hemos engullido de pie, deprisa y corriendo, y hemos fotografiado y cubierto el sector interior del recinto, que está interesantísimo pero que habrá de esperar al año que viene. Merce ha traido de Avila unas pastas deliciosas. En particular Fernando ha disfrutado de la degustación!
6.-  Cuando se ha puesto a llover, al principio esporádicamente, luego más en serio, hemos planificado la retirada. Antonio, impertérrito, mantiene el tipo bajo la capa pluvial.
7.- Otros, más sensatos, se ha refugiado en el cortijo donde he aprovechado para tomar foto de grupo mientras decidíamos el curso de acción a seguir. Eran ya más de las doce, de modo que hemos podido aprovechar el grueso de la mañana.
8.- También hemos aprovechado para tomar fotos del cerro desde la carretera. Dejaremos amparada en un discreto anonimato la elegante y a la par discreta silueta de este miembro del equipo.
9. Vista de los derrumbes y muros de la zona 1 antes de cubrirla para aminorar daños en caso de que la lluvia evolucione a diluvio. Veremos qué pasa mañana.

martes, 25 de septiembre de 2012

Martes 25 de Septiembre. Se aproxima el final



Como os decíamos el otro día, uno sabe que se aproxima el final de la campaña de excavación por una contracción relativista del tiempo. En realidad, por más cosas: se multiplican las visitas, el clima deja de acompañar, y sobre todo las cosas se ponen realmente interesantes. Es como los llamados ‘cliffhanger’ de las series de televisión, Juego de Tronos por ejemplo (que nos encanta a muchos por aquí). Es cuando un capítulo termina con un giro imprevisto de la trama, algo que nos deja inquietos y deseando que llegue la semana siguiente para ver cómo se resuelve la situación. Pues eso está ocurriendo en el Cerro de la Merced. En la Zona 2, al norte y al exterior del recinto cuadrado, se alcanza la roca madre y aparece una unidad estratigráfica con tierra negra que solo contiene cerámica tosca a mano, casi con seguridad de la Edad del Bronce. En la zona 5, al Oeste, parece que se define un suelo de uso ibérico en la base exterior del muro del recinto,  a una cota casi coincidente con el nivel del norte, lo que sugiere interesantes implicaciones sobre lo que se hizo en la cima del cerro a la hora de planificar el gran cuadrado fortificado.
Pero sin duda lo más interesante del día ha sido confirmar que el gran murallón norte tiene cara interior, dando un grosor de muro de… ¡algo más de dos metros’. Además, aparece otro muro adosado por el interior (o quizá al revés), posiblemente con zócalo de sillarejo de buen tamaño. Sobre esos muros se derrumbó la estructura de adobes que comentábamos ayer… en fin, que más interesante no puede estar la cosa. Pero ahora no es el momento de enloquecer y de dejarnos llevar por el entusiasmo, sino de actuar con calma y frialdad, dando prioridad a la conservación de lo hallado ante la llegada del invierno que se aproxima… Tiempo habrá de seguir excavando.
Foto 1. Lucía es nuestra restauradora. Por las tardes, somete a las piezas delicadas, particularmente las metálicas, a una limpieza preliminar y, si es necesario, consolidación de campo. Es un lujo poder contar con una especialista directamente en el campo. Mañana a a comenzar a examinar los musgos que cubren los muros ciclópeos que estaban visibles y expuestos a los elementos desde tiempo inmemorial.
Foto 2.  Una vez lavada la cerámica, se sigla como veíamos ayer. En paralelo, “Control de Bolsas” realiza un inventario preliminar muy detallado  en una Base de Datos diseñada al efecto que forma parte de un sistema de Bases de Datos relacional que enlaza con las Bases de “Control de Unidades Estratigráficas” y “Control de piezas” individuales. Aquí vemos a las responsables del inventario preliminar, Mercedes y Mónica,  en plena faena.
Foto 3. Vista desde arriba de la imponente mole del muro septentrional del recinto interior y más masivo.
Foto 4. Antonia y Antonio –que han trabajado con entusiasmo y destreza tanto cuando hacía falta pico como cuando la herramienta a usar era la palustrilla-. han localizado cerámica a mano muy antigua entre las grietas de la roca base de un cerro, en un nivel posiblemente arrasado cuando se construyó en gran recinto.

lunes, 24 de septiembre de 2012

Lunes, 24 de Septiembre. Nubarrones a la vista



Se avecinan nubarrones negros a la excavación. Y lo decimos literalmente. La mayoría de  los pronósticos indican lluvias intensas o muy intensas y prolongadas para la segunda parte de esta semana. Y eso es algo muy malo, sobre todo si se produce justo al final de una campaña de excavación. Una tormenta intensa pero breve, vale. Un calabobos, molesto pero se puede asumir. Pero días seguidos de lluvia intensa pueden ser muy dañinos. Por un lado, porque convierten el yacimiento en un cenagal, en el que es imposible excavar: la limpieza de los cortes es esencial, y simplemente no se ve nada. Además, los perfiles pueden desmoronarse. Para colmo, si las lluvias continuas se producen  al final de la excavación, que es cuando se realizan la mayoría de los trabajos de limpieza, fotogrametría, dibujo y demás,  pues es un problema. Estamos tomando las medidas razonables para proteger las estructuras excavadas, pero el final de la excavación puede complicarse. Veremos.... ¿pasaremos del calor tórrido directamente al diluvio? Solo pedimos cuatro días de tiempo razonable de comienzos de otoño. Todos miramos al cielo rogando que no llueva, sólo estos días.... Esto parece Semana Santa.

1.- El sábado, aunque no trabajamos en el campo, sino en el laboratorio, tuvimos el placer de acompañar a un grupo de nuevos amigos. Muchos les conoceréis, ya que forman parte del Consistorio como concejales: Miguel Güeto, Antonio Caballero y Manuel Alguacil, a quienes acompañaba una vez más el infatigable responsable del Area de Cultura, Javier Ariza, quien a estas alturas es ya un experto en el yacimiento. Miguel subió además acompañado de su hermano y sobrinos, visitantes llegados por unos días de tierras catalanas. Todos quedaron impresionados por la magnitud que va tomando el recinto fortificado y el avance sostenido del trabajo. Como veis, el Ayuntamiento en pleno va subiendo al Cerro cuando lo permiten sus obligaciones, y eso es algo de lo que estamos muy orgullosos porque demuestra la implicación colectiva de Cabra en el proyecto.

2.- Laura y Tamara, arqueólogas y voluntarias egabrenses “siglando” el material. Al comienzo del blog os comentábamos que a veces hay que comprar cosas peculiares, como laca de uñas. Hoy os contamos que se trata de un producto inocuo para los materiales cerámicos, barato y práctico, que sirve para aplicar una leve película de apenas unos milímetros de largo en un lugar discreto de cada fragmento, sobre la que se escribe con un finísimo rotulador la ‘sigla’, un código que indica la procedencia exacta de la pieza, y a partir del cual cada tiesto de cerámica queda identificado por una suerte de DNI que nos informa, a nosotros, al Museo y a los arqueólogos del futuro, de la Unidad Estratigráfica de la que procede, el día en que se extrajo, etc.

3.- Vamos preparando el fin de la campaña. Alejandro va llenando de tierra sacos que, junto con grandes lonas de fibra geotextil, protegerán lugares delicados de la excavación hasta la reanudación de los trabajos de campo el año que viene. Sin embargo, no paramos la investigación, que ahora, durante el Curso Académico y el otoño.invierno, se desplaza a la Biblioteca y al laboratorio. Hay mucho por hacer.

4.-Mónica prepara los datos necesarios para tomar una foto de un gran derrumbe de un muro de adobes en el interior del recinto. Calculando su inclinación podemos saber desde dónde cayó la pared, y con el número de hiladas y su grosor es posible estimar su altura original.

viernes, 21 de septiembre de 2012

Viernes, 21 de Septiembre. El tiempo se echa encima…

Las excavaciones arqueológicas sufren de un fenómeno relativista. El tiempo se acelera a medida que transcurren las semanas,  y al final se comprime de tal modo que parece que no va a dar tiempo a hacer todo lo que deseamos. Llevamos ya tres semanas de trabajo intenso y todavía es mucho lo que queremos hacer. Las excavaciones se complican siempre, y ni por la mañana en el campo ni por la tarde-noche en el gabinete damos abasto para tanto que deseamos hacer.  Es evidente que una campaña de excavación en un yacimiento de esta entidad no es suficiente para resolver sus numerosos problemas, arqueológicos, históricos, de conservación y patrimoniales, pero parece voluntad de todas las instituciones implicadas, desde el Ayuntamiento a la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía, colaborar activamente para que podamos realizar los trabajos con el cuidado y dedicación que requiere el caso, empleando el tiempo que sea necesario. 

Mañana sábado nos dedicamos a trabajo de Gabinete, y nos concedemos unas breves vacaciones de Blog. Nos vemos el lunes.


Foto 1. Entre las numerosas visitas del día, destaca la de tres generaciones de ‘Julián García’, abuelo, padre e hijo. A todos nos ha pasmado (y nos ha dado envidia)  la agilidad con que Julián García senior, a sus ochenta y dos años, ha trepado al cerro  y se ha movido por los cortes de la excavación.  Julían, además de Catedrático de Latín y Cronista Oficial de Cabra, fue alumno de Antonio Blanco Freijeiro, maestro de toda una generación de catedráticos de Arqueología;   y además compañero de fatigas de Manuel Bendala en las excavaciones de la Casa de Mitra en 1972. Bendala fue a su vez  discípulo de Blanco, maestro nuestro y una figura muy influyente de la Arqueología española de las últimas décadas. Julián nos ha proporcionado interesantes detalles de viejas actuaciones en el Cerro de la Merced.

Foto 2.  Hemos llegado a la base del muro norte, que tiene cierta complejidad estratigráfica. Como se ve, los grandes bloques ciclópeos se asientan sobre una base bien endeble.


Foto 3. El análisis de los fragmentos de cerámica en su contexto preciso es esencial en el análisis estratigráfico. Cuando determinada pieza, por modesta que sea, puede ayudarnos en las tareas de datación y análisis, es fotografiada in situ antes de retirarla del sedimento.
Foto 4. También nos ha visitado de nuevo nuestro compañero de fatigas de muchos años en las excavaciones del Cerro de la Cruz, relacionado cronológicamente con éste, Ignacio Muñiz, Director del Museo de Almedinilla. A su lado aparece otro compañero de trabajo de casi veinticinco años en el Cerro de la Cruz, Emilio  Ruiz Cabello. No os dejéis engañar por su gesto perplejo ante las complejidades estratigráficas de la Zona 2 y  de la cimentación del muro septentrional. Emilio es un veterano excavador con gran ojo clínico.

Foto 5. Todas las tardes se pone el sol mientras seguimos trabajando en el Gabinete. De derecha a izquierda a lo largo de las paredes de la habitación, y en sentido contrario a las agujas del reloj, se afanan ya casi de noche cerrada Mercedes y Mónica (Control de Materiales e inventario preliminar); Luisa y Antonia (Dibujo);  Eduardo y Antonio (éste último momentáneamente ausente) (Control de Unidades Estratigráficas); Lucía (Restauración de campo); Antonio, Laura y Tamara (siglado). Detrás de Tamara aparece la sección de Fotografía. Como decía hace ya muchas décadas el ilustre arqueólogo británico Max Mallowan (conocido además por ser el marido de Agatha Christie e inspirador de muchas de sus novelas y de una deliciosa autobiografía), ‘en Arqueología nunca se tienen suficientes mesas de trabajo’. 

Foto 6.- También hemos recibido, por segunda vez en una semana, la visita de miembros de la Policia Autonómica de Andalucía, a quienes hemos expresado nuestra preocupación por la conservación del yacimiento, que pese a estar vallado y ser propiedad municipal, siempre corre peligro de actuación de excavadores clandestinos. La amabilidad de los oficiales de policía y sobre todo su deseo y voluntad de ayudar a proteger el Patrimonio de todos es encomiable.



jueves, 20 de septiembre de 2012

Jueves 20 de Septiembre. Cimentar o no cimentar, esta es la cuestión.



Esta mañana hemos llegado a la base del muro norte, que tiene peculiares características, básicamente la falta de una cimentación digna de tal nombre (algo muy ibérico, por otra parte, como ocurre por ejemplo en Puente Tablas, en Jaén).
Lo de la cimentación tiene su aquel. Es una palabra adecuada en edilicia, pero también se aplica en Ciencia. Cimentar una hipótesis es algo muy distinto a especular, como muy bien saben los científicos ‘duros’ (físicos, químicos, etc.) que cuando se ponen estupendos delante de una cerveza niegan a menudo el carácter científico a disciplinas humanísiticas.
La Arqueología, siendo una disciplina histórica, es de las más ‘hard’ ya que aplica numerosas técnicas tomadas de las Ciencias duras. Pero además, y conceptualmente, el arqueólogo debe constantemente estar ‘maquinando’ en el campo, pensando, construyendo y desechando posibilidades, porque a medida que excava va destruyendo su ‘experimento’ como ya explicábamos hace unos días. Y eso plantea un problema.  Primero, porque es fácil confundir esa constante dialéctica con las Unidades Estratigráficas, ese ‘esto puede ser’ con una hipótesis, que no lo es.  Y segundo, porque una actitud en exceso inductivista (dejar que las piedras hablen por sí mismas) puede llevar a que las piedras no nos hablen en absoluto, terminemos la excavación, hayamos retirado los sedimentos, y no hayamos entendido nada. Pero el peligro opuesto es incluso más peligroso: convertir  ese trabajo intelectual (a veces difícil en las condiciones de calor y cansancio del campo)  en la generación de una ‘teoría favorita’, que con mucha facilidad puede llevarnos a hacer que las piedras digan lo que queremos que digan, porque nuestra hipótesis favorita arrastra nuestra voluntad. En fin….  que esto es complicado.

Foto 1.-Antonio Bobis se está pegando una paliza monumental levantando y moviendo piedras del derrumbe oeste, pero también le ha cogido rápido el tranquillo al pico, y lleva el corte casi como una patena. Un excelente trabajo.
Foto 2.- La hora del bocadillo es sagrada, y todos nos refugiamos como podemos bajo la escasa sombra. A todos nos asombra que Luisa siga de pie y al sol mientras come. ¡Qué resistencia!
Foto 3.- Seguimos con visitas, siempre agradables. En este caso, junto a ‘la Dirección’ aparece nuestro amigo Angel Ventura, de la Universidad de córdoba, siempre fuente de amena conversación académica (en el campo o con un choricito en Los Pelaos) y un  constante chorro de ideas.
Foto 4.- Pues puede que después de todo nuestro muro exterior en el lado oeste no sea medieval… seguiremos informando.