viernes, 28 de septiembre de 2012

Viernes, 28 de Septiembre. Lástima que terminó…



Los más de cien litros por metro cuadrado que están cayendo sobre Cabra demuestran el acierto de haber cerrado ayer los trabajos de campo, aunque seguimos aquí en el gabinete con el mismo horario. Concluimos pues la primera campaña de excavaciones en el Cerro de la Merced con profunda satisfacción por múltiples razones.
En primer lugar por el impacto mediático que han tenido, bien reflejado en el éxito de este blog y su prolongación en Fecabook, cuyos seguidores no han parado de impulsarnos con sus ánimos a lo largo de estas semanas.
En segundo lugar porque cualquier duda sobre la monumentalidad (y sobre el estado de  conservación) del recinto se ha disipado, de cara a la necesidad de continuar con los trabajos para poner en valor y hacer visitable el yacimiento. Las estructuras excavadas ya, y las que comienzan a asomar, son imponentes, como muestra el grosor de más de dos metros del muro del recinto interior y principal, y sin duda merecen la visita incluso para el turista en principio poco interesado en la Arqueología.
Y en tercer lugar, porque arqueológicamente los resultados obtenidos son relevantes, y las nuevas preguntas surgidas, más aún. Por vez primera sabemos que el Cerro de la Merced tuvo una historia mucho más prolongada y rica de lo que hasta ahora creíamos. A la fase ibérica se añade una fase anterior, prehistórica, dentro de la Edad del Bronce, y otra muy posterior, medieval islámica, posiblemente de época emiral. Su caracterización precisa es ahora una tarea pendiente.
Además, todo indica hasta ahora que el conjunto fortificado es mucho más que una torre. Constituye un establecimiento con al menos dos  recintos concéntricos, uno cuadrangular interior más antiguo (todavía no podemos saber cuanto más antiguo) y otro exterior algo más avanzado. Pero en ambos casos la ocupación parece puramente ibérica de Baja Epoca, entre los ss. II y I a.C. , y probablemente en la parte central de esa horquilla.
No hay material romano imperial, ni siquiera republicano, aunque tendríamos, para confirmar ese extremo, que llegar a los niveles de uso del recinto interior, suponiendo que no hayan sido arrasados por las extensas excavaciones clandestinas ahora documentadas. Los indicios de conservación son prometedores.  Todo ello entra de pleno en la polémica existente sobre la datación y función de los llamados ‘recintos-torre’ en Andalucía y Extremadura. Avanzamos ya que la heterogeneidad en formas, funciones y fechas es más probable que la homogeneidad, y que sólo planes sistemáticos de excavación resolverán eventualmente las discusiones… si acaso.
Los indicios son claros en el sentido de que no se trata de un asentamiento exclusivamente militar, ya que hay elementos asociados a economía productiva (fabricación de textiles) y a l procesamiento de alimentos (molinos).
Sabemos ahora mucho más sobre la estructura, compleja, del recinto interior, sobre la perfección de sus ángulos y regularidad de dimensiones, sobre las diferentes técnicas empleadas en su aparejo. Incluso tenemos indicios sobre la posible localización de los accesos al recinto exterior.
Pero junto con todas estas respuestas, importantes como son, asoman viejas y nuevas preguntas: ¿Cuál es la fecha precisa de fundación del primer recinto y su relación con niveles anteriores? ¿Cuál es la entidad y función de la ocupación medieval? ¿Cómo se articulaban los espacios interiores del asentamiento ibérico, sin duda el más importante?, ¿hubo quizá un patio interior, casas y una torre?, ¿almacenes? ,¿qué cantidad de habitantes pudieron ocuparlo?, ¿ a qué se dedicaban? ¿eran algo más además de vigilantes de un territorio? ¿es correcta nuestra ubicación de las puertas?  … todas esas son preguntas que es imposible responder con unas semanas de trabajo de campo, y que sin embargo es necesario abordar. Lo mismo ocurre con el contexto histórico: ¿pudo construirse el recinto inicial en época de las  guerras de Aníbal? ¿en la época de Viriato, en la de Sertorio? ¿pudo llegar a jugar un papel en las guerras entre César y Pompeyo?...  los datos iniciales son todavía insuficientes para aventurar una respuesta concreta.
 Si a estos interrogantes añadimos  que carecería rigurosamente de sentido la inversión realizada con  vista a la puesta en valor si ahora se cancelaran a medias los trabajos, resulta evidente que una continuidad durante un plazo medio es imprescindible y plenamente razonable. Conviene apoyar el éxito si presenta resultados, y eso es lo que hemos venido haciendo aquí en estas semanas, y lo que haremos en plazo inmediado de acuerdo con los procedimientos administrativos y académicos dispuestos por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía.
 Es, pues, el momento de iniciar las despedidas, por ahora…  Queremos dar las gracias a tantos amigos que hemos hecho en estas semanas y que nos han hecho nuestra  estancia mucho más agradable y menos fatigosa. En primer lugar, la logística. Isabel Navas, Directora del hotel Fuente las Piedras, y todo el equipo de recepción, restaurante y servicios, con Mariví, Maria José, Jesús, Manolo y tantos otros que tememos olvidar, han hecho nuestra estancia muy agradable, y han conseguido el milagro de que cada amanecer subiéramos al cerro razonablemente restaurados en cuerpo y espíritu. No sabéis la enorme diferencia que supone para nuestros cansados huesos comer y dormir bien, con una buena ducha en el cuerpo,  cuando se trabaja en el campo.
El apoyo desinteresado de Laurentina Pacheco y de su hijo Daniel, además de la ayuda de su encargado, Sancho, nos ha permitido contar en su cortijo con una base logística a pie de cerro que ha supuesto grandes ventajas. Mil gracias por todo, de verdad.
Son demasiados como para ennumerarlos aquí  uno tras otro los amigos, académicos o no, que nos han visitado en el transcurso del mes. Muchos de ellos (no siempre había tiempo de registrarlo) han ido desfilando por las páginas de nuestro blog.  Siempre han sido ratos gratos de charla, ánimos y fructíferos intercambios de opiniones.
El interés de la prensa ha ido, una y otra vez, ‘más allá del deber’. Para dar a conocer nuestros esfuerzos, Felipe Osuna, Pepe Moreno, Jose María Tron Juan Rivera y Jose Antonio Romero han trepado cuantas veces les hemos convocado cerro arriba, con cámaras, trípodes y demás parafernalia.
La Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía en Córdoba, dirigida por Manuela Gómez Camacho, ha comprendido plenamente el interés del Proyecto y lo ha apoyado sin fisuras. En particular agradecermos las sugerencias y el interés Maudilio Moreno y David Palomino, pero sobre todo, y muy especialmente, el interés y apoyo que constantemente ha demostrado, con sus visitas y sus gestiones, D. Alejandro Ibáñez Castro, Inspector eficiente de los trabajos, pero además inestimable compañero.  El interés que ha mostrado el Gerente del GDR de la Subbética, Francisco Mérida augura mucho para el futuro. 
Igualmente agradecemos las sucesivas visitas de miembros y mandos de la Guardia Civli y de la Policía Autonómica, cuya labor es esencial para le preservación del yacimiento. Así como la de los agentes de Medio Ambiente.
Para el éxito del trabajo ha sido esencial  la ayuda entusiasta del personal de los diferentes servicios del Ayuntamiento de Cabra, comenzando por Antonio Espinar, técnico de su Delegación de Cultura y nuestro anfitrión en el Jardinito. Inma desde la Administración, Encarni desde Asuntos Sociales, Paco Quero en Obras, el personal de jardinería esencial para el desbroce…  sin vuestro trabajo el nuestro habría sido mucho más difícil e ingrato.
Pero sin duda la clave para que  la excavación haya salido adelante con tanto éxito es la iniciativa y el apoyo político e institucional, decidido y sin fisuras, del Ayuntamiento de Cabra comenzando por su Alcalde, Fernando Priego . Y en particular, sin el empuje de su Delegado de Cultura, Javier Ariza, sin su empeño y energía, este Proyecto que nos enorgullece a todos  sin duda no se habría puesto en marcha. Vaya para Javier nuestro reconocimiento especial.
En último lugar, pero no lo último en importancia, el apoyo e interés manifestados por tantos egabrenses, en el café y en la farmacia, en la papelería y en la calle, ha sido para nosotros fuente de inspiración. Cuando se nota el interés de la gente, la responsabilidad aumenta, pero la satisfacción también. Gracias pues a todos los egabrenses.
Desde el equipo técnico de la excavación nos sentimos muy satisfechos y orgullosos de cómo ha ido todo, tanto desde el punto de vista institucional, como desde el de los resultados arqueológicos. Pero también, y muy especialmente, por el excepcional desempeño de los diversos miembros agregados a los trabajos, bien como peones, bien como voluntarios.  Antonio, Juanjo (cuidate), Rafael, Paco, Bobis, Alejandro… se han revelado en general como excelentes trabajadores, han aprendido rápido las bases del trabajo arqueológico, y han sido tan cuidadosos como bien dispuestos.  Lo mismo podemos decir tanto de las voluntarias arqueólogas egabrenses, Antonia, Laura y Tamara, como  de otros voluntarios (Julián, Antonio…), como del grupo de arqueólogas de la UAM, Lucía –responsable de restauración-, Luisa y Mónica.
Como en aquellos añejos programas de dibujos animados, nos atrevemos a canturrear  aquello de ‘Lástima que terminó… el festival de hoy… pronto volveremos con…’más excavaciones. Hemos planteado nuevos enigmas al tiempo que resolvíamos problemas iniciales, hemos demostrado fehacientemente el potencial turístico del yacimiento, enclavado en un entorno privilegiado desde ese punto de vista, de modo que contamos con que todas las instancias apoyarán la continuidad del esfuerzo en el corto plazo, probablemente de tres campañas más. Hasta pronto, pues.
 

Foto 1. El jueves  13 os hablábamos de la fotografía de campo. Hoy hubiera sido el día de fotografías finales de excavación, pero con la que está cayendo ha sido imposible. De modo que, utilizando imágenes de hace unos días,  os contamos que una de las mejores y más expresivas técnicas de fotografía de campo es la foto aérea a baja altura, que permite, desde la ‘vista de pájaro’ apreciar detalles que no se ven a ras de suelo. A menudo esa vista permite apreciar contextos y relaciones que ayudan a resolver problemas o a formular teorías.
 Hay muchas formas de hacer esas fotos, desde pequeños globos cautivos  que sujetan cámaras accionadas desde tierra (una de las formas más eficaces y económicas, que emplearemos el año que viene), hasta vuelos en ultraligero, pasando por aeromodelos de helicópteros (una especie de drones modestos), largas pértigas, etc. 
Pero la forma más tradicional, y una de las más eficaces, es la larga escalera manual que, sujeta por los forzudos y/o pesados del grupo  sobre una superficie normalmente muy irregular y por tanto peligrosa, permite al osado de turno trepar y hacer fotos desde seis o siete metros que pueden ser muy espectaculares.
Foto 2. La proyección de la sombra da idea de la perspectiva que se puede alcanzar con la vieja y modesta escalera.
Foto 3. Otro truco de campo es utilizar lonas o toldos (que sirven para mil cosas) con el objetivo de proyectar una sombra homogénea sobre un área limitada. A menudo el ritmo de los trabajos exige fotografiar un detalle en un momento en que la luz es muy mala, con sol intenso en un punto y una sombra muy oscura justo al lado, lo que vuelve locos a los fotómetros de las cámaras. En ese caso, este sencillo sistema proyecta una intensidad homogénea y permite fotos de calidad.
Foto 4.  Finalmente, Diego ha estado ensayando un sistema de pértiga telescópica con cámara acoplada. El objetivo de ojo de pez permite vistas interesantes, aunque en este caso no ha resultado el  método más eficaz por las deformaciones perimetrales.
Foto 5.  Ayer protegimos con sacos terreros y geotextil un muro que estaba parcialmente vencido, para evitar que ceda con las lluvias del invierno. El año que viene procederemos a estabilizarlo por completo. Sistemas similares se han empleado en otras partes del yacimiento. Solo nos queda rogar que ningún visitante inadvertido retire las protecciones que hemos dejado , porque dañaría los restos sin remedio (es patrimonio de todos y podemos aseguraros que no hay ningún objeto atractivo debajo, ya lo habríamos retirado)  Y PODRIAINCLUSO SER PELIGROSO, ya que hay huecos y toperas ocultas a la vista. El yacimiento está vallado, es propiedad municipal y está incluido en las rutas de visitas de la Guardia Civil y de la Policía Autonómica que como sabéis han hecho numerosas visitas en este mes. De modo que suplicamos que se respeten los restos y el trabajo abnegado –y en muchos casos gratuito- de mucha gente que se deja la piel en esto.
Foto 6. Antes y después. La limpieza preliminar de los objetos metálicos (por otro lado muy escasos en esta campaña inicial en el Cerro de la Merced) permite su mejor conservación y  su estudio tipológico. Aquí tenéis un bonito ejemplo de ‘antes’ y ‘después’.
Foto 7. El proceso de trabajo en gabinete termina (por ahora) con ‘Control de UEs’ (unidades estratigráficas). Eduardo y Antonio cotejan los datos de campo, croquis, fotos, planos, y rellenan un sistema relacional de Bases  de Datos que es el  cimiento sobre el que se construirá la Memoria de Excavación.
Foto 8.  Y con esta fantasmal visión del recinto interior en la neblina del amanecer os dejamos por ahora. Contamos con volver a ponernos en contacto con vosotros con nuevos trabajos, ilusiones y hallazgos. Hasta siempre.

jueves, 27 de septiembre de 2012

Jueves 27 de Septiembre. Se acerca el invierno...


Acaba de empezar el otoño, pero  se acerca el invierno, y en el muro norte hemos tomado medidas de protección para el caso de que la lluvia, que hoy ha sido intensa, llegue a convertirse en diluvio. De hecho hemos tenido una mañana movida. 
A primera hora estábamos trabajando duro, pero teníamos medidas previstas por  si empezaba a llover.  Ha salido un último tramo del muro perimetral occidental, que sobrepasa ya en 10 cm. los cálculos si el recinto fuera un cuadrado perfecto (un error de en torno al uno por ciento).Antonia y Mónica tenían, necesariamente, que terminar el dibujo de un perfil que empezaron el miércoles, porque las previsiones para mañana son aún peores que las de hoy y no podíamos correr riesgos.  Por eso mismo nuestro topógrafo, Diego, ha venido un día antes de lo previsto para rematar algunas cuestiones de fotogrametría, por si el viernes era ya imposible.  Y ya teníamos geotextil preparado y más de sesenta sacos llenos de tierra para proteger y apuntalar algunos elementos del yacimiento más expuestos, aunque es imposible cubrirlo todo si hemos de continuar trabajando el año que viene.  Y los acontecimientos han demostrado que hemos hecho bien.
Antonio, nuestro experto local, anunciaba a las ocho: ‘a las nueve, llueve’. Y a las nueve ha empezado. Al principio era tolerable, pero hemos tenido que proteger a las dibujantes. Luego la cosa se ha empezado a poner realmente fea, y tras cubrir  las zonas delicadas y proteger los muros con peligro, hemos bajado a todo el equipo salvo un retén de técnicos, además de Paco Cañete, Antonio y Bobis, que hemos acompañado fielmente a Diego y sus artefactos topográficos mientras tapábamos lo que él iba finalizando y de paso nos calábamos con él. 
Cuando por fin hemos podido bajar, el todoterreno de Diego resbalaba en el fango del carril, que era increíblemente resbaladizo aunque superficial, y hemos tenido que raspar un nuevo camino seco con escardillos (bueno , en realidad Bobis ha cavado el  grueso y Diego, Eduardo y Fernando hemos colaborado como hemos podido) hasta que hemos podido rescatar el coche sin necesidad de traer un tractor. Ha seguido lloviendo muchas horas, de manera que me temo que el trabajo de campo ha concluido un día antes de lo previsto. Llega el invierno…
1.- Comenzando a cubrir uno de los cortes.
2.- Era cómico, pero también muy incómodo. Mónica y Antonia bajo palio (una de las lonas que tenemos en previsión de cosas como ésta) sostenido por parte del equipo mientras remataban a marchas forzadas un dibujo en un sondeo que queríamos luego cubrir de inmediato.
3.- Más Arqueología de riesgo. Antonio Moreno sujeta a Diego mientras toma fotografías verticales para restitución fotográfica. En honor de nuestro topógrafo diremos que el paraguas que sostiene Antonio no es para resguardarle a él, sino a su carísima cámara. En el suelo se adivinan algunas de las etiquetas numeradas que luego servirán para la fotorestitución.
4.- El resultado neto de nuestros esfuerzos es que el último equipo en bajar ha llegado hecho una sopa: de izquierda a derecha ‘Perla’ (que es miembro honorario de nuestro equipo aunque no colabora mucho salvo para abonar el camino de bajada), Paco Cañete, Fernando,  Bobis y Antonio Moreno. Diego estaba a esas alturas al pie del otro lado del cerro tratando de sacar del barro su todoterreno atrapado. ¿Quién ha dicho que la Arqueología no es romántica?.
5.- El trabajo en el Gabinete es igualmente agotador, pero al menos es más limpio y cómodo. Aquí tenemos a Luisa (sección de dibujo) en plena tarea. Estamos consiguiendo avanzar mucho, entre otras cosas porque Luisa es infatigable y muy meticulosa.
6.- El dibujo arqueológico es ante todo una destreza técnica, con precisión en las medidas, trazado de secciones, y en general  una normativa muy precisa. Pero cuando el dibujante tiene además algo intangible que llamamos ‘mano’,  suele trabajar más rápido y mejor, y sobre todo consigue sacar adelante las piezas difíciles que exigen sombreados y otras técnicas más artísticas, como las fíbulas de bronce. Es, desde luego, el caso de Luisa, que ya reveló sus dotes durante el mes de Julio en el Cerro de la Cruz. De todas formas, cada vez una proporción mayor del trabajo se hace en soporte informático, ya hablaremos el año que viene de eso.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Miércoles 26 de Septiembre. Ya empezamos…


Hoy la narración va ser por completo gráfica. La historia de un ascenso (al cerro) y de una retirada estratégica cuando ha empezado a llover…

1.- Lucía, nuestra restauradora, actúa tanto en el gabinete (ver la entrada de ayer) como en el campo. Aquí está  examinando los musgos que cubren el muro septentrional del recinto interior para limpiarlo con un biocida adecuado. A las ocho de la mañana el cielo ya estaba muy cubierto.
2.-  Bajo el muro norte del recinto exterior, muy dañado, aparece una gruesa capa de margas colocada para asentar su  hilera inferior de piedras. Algo nos ha hecho sospechar, y hemos efectuado un pequeño sondeo estratigráfico al pie de la cara exterior. Y en efecto, bajo las margas hay otro paquete muy compacto pero en el que aparece abundante material ibérico tardío, incluyendo una diminuta fíbula de pie vuelto. A efectos prácticos, esto indica que el recinto pudo tener dos fases: una inicial, con el recinto interior más monumental, acompañada de una ocupación parcial de la parte alta de la ladera (aunque fuera para basurero), y otra posterior en la que se asentó el suelo previo y sobre él se construyó el muro del recinto exterior. Es imposible asegurarlo por ahora, y desde luego no podemos saber todavía el tiempo transcurrido entre ambas construcciones, pero la cosa está calentita…  Aquí vemos a Antonio comentando la situación con Fernando.
3.- Antonia, que es menuda y flexible, ha sido la encargada, con Antonio y Rafael, de trabajar en este microsondeo, diseñado para no poner en peligro la estructura del muro.
4.- No me pregunteis qué hace Mónica ataviada de refugiada detrás del fumigador y los jalones. Lo cierto es que a las diez de la mañana el tiempo ha empezado a empeorar en serio, y hacía frío.
5.- A la hora del bocadillo la cosa se estaba poniendo fea. Hemos engullido de pie, deprisa y corriendo, y hemos fotografiado y cubierto el sector interior del recinto, que está interesantísimo pero que habrá de esperar al año que viene. Merce ha traido de Avila unas pastas deliciosas. En particular Fernando ha disfrutado de la degustación!
6.-  Cuando se ha puesto a llover, al principio esporádicamente, luego más en serio, hemos planificado la retirada. Antonio, impertérrito, mantiene el tipo bajo la capa pluvial.
7.- Otros, más sensatos, se ha refugiado en el cortijo donde he aprovechado para tomar foto de grupo mientras decidíamos el curso de acción a seguir. Eran ya más de las doce, de modo que hemos podido aprovechar el grueso de la mañana.
8.- También hemos aprovechado para tomar fotos del cerro desde la carretera. Dejaremos amparada en un discreto anonimato la elegante y a la par discreta silueta de este miembro del equipo.
9. Vista de los derrumbes y muros de la zona 1 antes de cubrirla para aminorar daños en caso de que la lluvia evolucione a diluvio. Veremos qué pasa mañana.

martes, 25 de septiembre de 2012

Martes 25 de Septiembre. Se aproxima el final



Como os decíamos el otro día, uno sabe que se aproxima el final de la campaña de excavación por una contracción relativista del tiempo. En realidad, por más cosas: se multiplican las visitas, el clima deja de acompañar, y sobre todo las cosas se ponen realmente interesantes. Es como los llamados ‘cliffhanger’ de las series de televisión, Juego de Tronos por ejemplo (que nos encanta a muchos por aquí). Es cuando un capítulo termina con un giro imprevisto de la trama, algo que nos deja inquietos y deseando que llegue la semana siguiente para ver cómo se resuelve la situación. Pues eso está ocurriendo en el Cerro de la Merced. En la Zona 2, al norte y al exterior del recinto cuadrado, se alcanza la roca madre y aparece una unidad estratigráfica con tierra negra que solo contiene cerámica tosca a mano, casi con seguridad de la Edad del Bronce. En la zona 5, al Oeste, parece que se define un suelo de uso ibérico en la base exterior del muro del recinto,  a una cota casi coincidente con el nivel del norte, lo que sugiere interesantes implicaciones sobre lo que se hizo en la cima del cerro a la hora de planificar el gran cuadrado fortificado.
Pero sin duda lo más interesante del día ha sido confirmar que el gran murallón norte tiene cara interior, dando un grosor de muro de… ¡algo más de dos metros’. Además, aparece otro muro adosado por el interior (o quizá al revés), posiblemente con zócalo de sillarejo de buen tamaño. Sobre esos muros se derrumbó la estructura de adobes que comentábamos ayer… en fin, que más interesante no puede estar la cosa. Pero ahora no es el momento de enloquecer y de dejarnos llevar por el entusiasmo, sino de actuar con calma y frialdad, dando prioridad a la conservación de lo hallado ante la llegada del invierno que se aproxima… Tiempo habrá de seguir excavando.
Foto 1. Lucía es nuestra restauradora. Por las tardes, somete a las piezas delicadas, particularmente las metálicas, a una limpieza preliminar y, si es necesario, consolidación de campo. Es un lujo poder contar con una especialista directamente en el campo. Mañana a a comenzar a examinar los musgos que cubren los muros ciclópeos que estaban visibles y expuestos a los elementos desde tiempo inmemorial.
Foto 2.  Una vez lavada la cerámica, se sigla como veíamos ayer. En paralelo, “Control de Bolsas” realiza un inventario preliminar muy detallado  en una Base de Datos diseñada al efecto que forma parte de un sistema de Bases de Datos relacional que enlaza con las Bases de “Control de Unidades Estratigráficas” y “Control de piezas” individuales. Aquí vemos a las responsables del inventario preliminar, Mercedes y Mónica,  en plena faena.
Foto 3. Vista desde arriba de la imponente mole del muro septentrional del recinto interior y más masivo.
Foto 4. Antonia y Antonio –que han trabajado con entusiasmo y destreza tanto cuando hacía falta pico como cuando la herramienta a usar era la palustrilla-. han localizado cerámica a mano muy antigua entre las grietas de la roca base de un cerro, en un nivel posiblemente arrasado cuando se construyó en gran recinto.

lunes, 24 de septiembre de 2012

Lunes, 24 de Septiembre. Nubarrones a la vista



Se avecinan nubarrones negros a la excavación. Y lo decimos literalmente. La mayoría de  los pronósticos indican lluvias intensas o muy intensas y prolongadas para la segunda parte de esta semana. Y eso es algo muy malo, sobre todo si se produce justo al final de una campaña de excavación. Una tormenta intensa pero breve, vale. Un calabobos, molesto pero se puede asumir. Pero días seguidos de lluvia intensa pueden ser muy dañinos. Por un lado, porque convierten el yacimiento en un cenagal, en el que es imposible excavar: la limpieza de los cortes es esencial, y simplemente no se ve nada. Además, los perfiles pueden desmoronarse. Para colmo, si las lluvias continuas se producen  al final de la excavación, que es cuando se realizan la mayoría de los trabajos de limpieza, fotogrametría, dibujo y demás,  pues es un problema. Estamos tomando las medidas razonables para proteger las estructuras excavadas, pero el final de la excavación puede complicarse. Veremos.... ¿pasaremos del calor tórrido directamente al diluvio? Solo pedimos cuatro días de tiempo razonable de comienzos de otoño. Todos miramos al cielo rogando que no llueva, sólo estos días.... Esto parece Semana Santa.

1.- El sábado, aunque no trabajamos en el campo, sino en el laboratorio, tuvimos el placer de acompañar a un grupo de nuevos amigos. Muchos les conoceréis, ya que forman parte del Consistorio como concejales: Miguel Güeto, Antonio Caballero y Manuel Alguacil, a quienes acompañaba una vez más el infatigable responsable del Area de Cultura, Javier Ariza, quien a estas alturas es ya un experto en el yacimiento. Miguel subió además acompañado de su hermano y sobrinos, visitantes llegados por unos días de tierras catalanas. Todos quedaron impresionados por la magnitud que va tomando el recinto fortificado y el avance sostenido del trabajo. Como veis, el Ayuntamiento en pleno va subiendo al Cerro cuando lo permiten sus obligaciones, y eso es algo de lo que estamos muy orgullosos porque demuestra la implicación colectiva de Cabra en el proyecto.

2.- Laura y Tamara, arqueólogas y voluntarias egabrenses “siglando” el material. Al comienzo del blog os comentábamos que a veces hay que comprar cosas peculiares, como laca de uñas. Hoy os contamos que se trata de un producto inocuo para los materiales cerámicos, barato y práctico, que sirve para aplicar una leve película de apenas unos milímetros de largo en un lugar discreto de cada fragmento, sobre la que se escribe con un finísimo rotulador la ‘sigla’, un código que indica la procedencia exacta de la pieza, y a partir del cual cada tiesto de cerámica queda identificado por una suerte de DNI que nos informa, a nosotros, al Museo y a los arqueólogos del futuro, de la Unidad Estratigráfica de la que procede, el día en que se extrajo, etc.

3.- Vamos preparando el fin de la campaña. Alejandro va llenando de tierra sacos que, junto con grandes lonas de fibra geotextil, protegerán lugares delicados de la excavación hasta la reanudación de los trabajos de campo el año que viene. Sin embargo, no paramos la investigación, que ahora, durante el Curso Académico y el otoño.invierno, se desplaza a la Biblioteca y al laboratorio. Hay mucho por hacer.

4.-Mónica prepara los datos necesarios para tomar una foto de un gran derrumbe de un muro de adobes en el interior del recinto. Calculando su inclinación podemos saber desde dónde cayó la pared, y con el número de hiladas y su grosor es posible estimar su altura original.