martes, 24 de septiembre de 2013

Día 24 de Septiembre.- Un toque de ‘Indiana Jones’


 
01.- Cuando esta mañana desmontábamos el testigo del sector sur, una vez que Mónica y Luisa han dibujado la estratigrafía, entre las piedras ha aparecido un hermoso escorpión de muy buen tamaño, no los pequeñitos a los que estamos acostumbrados. El bicho al parecer estaba a gusto, calentito entre las piedras, incluso a pesar del follón y las vibraciones del equipo que trabajaba a apenas dos metros. La verdad es que podríamos haber tenido un disgusto, porque hemos estado, midiendo, apoyando las manos y clavando cintas métricas en ese punto exacto durante dos días. Bueno, esas cosas pasan… En todo caso, el animal ha sido indultado y Bobis lo ha trasladado lejos de la zona de excavación.

02.- Esta mañana hemos tenido la visita, de nuevo, de Manuel González Lama, que sin duda recuerda cada vez que sube al cerro los viejos buenos tiempos de hace unas décadas, y también la de Ignacio Muñiz Jaén, en el centro, director del Ecomuseo de Almedinilla, con quien desde hace años trabajamos en las excavaciones del poblado ibérico del Cerro de la Cruz, ligeramente más antiguo que el recinto del Cerro de la Merced.

03.-Esta vista de la esquina sureste del recinto principal muestra, a la derecha, la línea de la muralla, con el derrumbe inmediato de sillarejos, que están entre un paquete potente de tierra margosa. Sobre ese estrato se edificó, tras el derrumbe, una pobre estructura rectangular (izquierda), de la que se conservan dos lados en forma de ‘L’, y que reutiliza algunas piedras del recinto destruido. Ahora aparece, con el avance de la excavación,  ‘colgada’ a un nivel más alto que el suelo de uso ibérico de época del recinto. Lo más lógico hubiera sido apoyar al menos el zócalo contra el gran zócalo de la muralla, que así hubiera servido de pared trasera, pero dada la masa de grandes piedras caídas pegadas a él, probablemente supuso mucho menos esfuerzo construir las cuatro paredes al abrigo de las ruina, pero sin reaprovecharlas realmente, que retirar el derrumbe de sillares para poder aprovechar la muralla como pared trasera de la nueva y pobre vivienda.
04.- Tras el paréntesis de ayer, aquí tenéis a Ega, recuperado del susto del escorpión, repasando uno de los dibujos de campo.
05.- En la zona norte, Eduardo se enfrente a una destrucción causada por los expolios de excavadores clandestinos mucho más seria de lo hasta ahora calculado. Los derrumbes de adobe endurecido se mezclan con grande s boquetes que complican mucho el trabajo.

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